miércoles, 28 de agosto de 2013

{Kray} PainKiller


Titulo: PainKiller

Autora: C.L.H 

Genero: Yaoi/Angst

Rating: +15

Pareja: Kris x Lay

Advertencia: Muerte de un personaje/ 100% depresion
N/A: Quiero aclarar que esto seria como una historia grafica de un MV. Lleva el mismo nombre del titulo y lo canta T-ara, Spped, 5Dolls, EunKyo and The See Ya. Mas abajo esta el Mv para que lo vean * yo en lo personal amo la cancion * aunque yo le hice algunos cambios (no es que vaya a escribir al pie de la letra el MV u.U) Esto le pertenece a mi Kray Shipper Nam! :3 Sabes que te quiero, aunque esto demuestre lo contrario xD 
POV: Queria dar mi punto de vista porque en realidad es la primera vez que un fic mio Angst me haya afectado tanto 8 no es que halla escrito mucho que digamos* realmente esto me ha marcado. He llegado a amar/odiar esto porque son como sentimientos encontrados * a pesar de ser un MV* Y como le digo esta cosilla es horriblemente hermosa. Espero les guste y no terminen como el protagonista por favor, <3 






Se vio a si mismo entrando a aquel departamento tan familiar para él con una maleta pequeña llena de ropa. Se preguntaba porque había estado tanto tiempo en la casa de Luhan hyung y no al lado de su amor. Al entrar sintió algo diferente el aire de la habitación, no era la misma. Olía ha guardado con algo de tristeza, aquella casa estaba triste.

Se acercó rápidamente a la ventana del departamento para ver a su hyung, que había estado con el esas últimas semanas cuidándolo, algo muy raro, ya que él estaba perfectamente bien; subir en el auto donde lo esperaba su pareja y salir de aquel suburbio. Vivía por una de las zonas residenciales de la ciudad, bueno, con la pareja que tenía, todo iba a ser así.
Levanto y agito suavemente la mano, despidiéndose de su hyung mientras que el otro le respondía de la misma forma pero mirándolo de forma extraña. Su hyung lo miraba con tristeza, con pena. Él no lo entendía, porque lo miraba de esa forma? No había nada por el que ponerse mal. Lo vio girar la cabeza para decirle algo a Sehun, su novio, y después ver el auto arrancar y desaparecer tras la reja que encerraba aquel condominio.

Había estado mirando a través de las persianas, así que las abrió completamente junto a las cortinas. Aquello hizo que toda la luz del sol se expandiera totalmente por aquella habitación, que se veía completamente oscura cuando entro en ella. – Que extraño… pensó – Kris deja al menos las cortinas abiertas…
No le tomo importancia a ese detalle, pensó que quizá al más alto se le había pasado abrir las cortinas ese día, nada de qué preocuparse. Giro para tomar su maleta y llevarla a la habitación que compartía con él. Pero se detuvo al notar un detalle que no había visto cuando entro al departamento. Todo estaba cubierto de blanco. Todo, absolutamente todo; la mesa, los muebles, los adornos, estaba cubiertos por extensas sábanas blancas que se arrastraban hasta el suelo.

- Esto es más extraño… - el castaño esta vez tembló al ver todo su alrededor cubierto de grandes manchas blancas – que yo recuerde, hace mucho que nos mudamos. Porque esta todo esto cubierto? Acaso… - corrió raudamente a la habitación al fondo del pasillo que podía ver al lado de la cocina, abrió la puerta desesperado pero no encontró a nadie. La cama también estaba cubierta con una gran tela blanca que reconoció al igual de las que estaban afuera. Estaba confundido. Porque todo estaba cubierto de grandes telas blancas? Acaso se habían mudado a otro lugar y él no lo sabía? Claro. Debería ser eso. Había pasado mucho tiempo con Luhan hyung en su casa y no había visto ni una sola vez a su rubio. Salió de la habitación y camino de frente hacia la maleta; rebusco algo en la parte lateral de ella y saco un aparato que resulto ser su celular. Marco con los dedos temblorosos aquel número que se sabía de memoria y espero a que aquella grave pero hermosa voz sonara al otro lado de la llamada. Una…dos…tres…se escuchó la voz mecánica de la operadora diciendo algo que no llego a entender porque el colgó rápidamente. Miro la hora en el mismo aparato y vio que era casi el mediodía. Escribió un mensaje rápido a su novio diciéndole que se encontraba en aquel departamento y que lo esperaba. Vio que el mensaje se enviaba y levanto la vista sintiéndose tranquilo, viendo a los rayos del sol colarse con más fuerza en la estancia. Lo que el no vio o quiso oír, fue el leve pitido del celular anunciando que aquel mensaje no había sido recibido, que aquel número, estaba fuera de línea.

Se acercó lentamente a cada mueble y les retiro aquel aburrido manto blanco, dejando ver aquella lustrosa y brillante madera relucir a la luz de los rayos del sol. Kris sí que tenía gran gusto en lo que se refería a diseño de interiores. Toda la casa, desde el primer momento en el que entrabas, te daba una sensación de querer acogerte. Y su amado novio lo había hecho por él. Kris sabía que YiXing odiaba que comprara cosas que costaban mucho o como él lo llamaba “derroche de dinero en cosas que a la larga terminaras echando a la basura” así que había invertido en algo que sabía que a él le gustaría. Crear un ambiente que ellos podrían llamar con orgullo, Hogar.

Se acercó por ultimo a una estructura parecida a un caballete de pintura y lo destapo, descubriendo un espejo en lugar de algún lienzo de pintura. Miro extrañado aquel objeto, que estaba fuera de lugar sobre esa estructura de madera. Se acercó más y pudo ver su reflejo en ese objeto levemente adornado con texturas irregulares por los bordes. Ihhh…me veo mal… - fue lo primero que pensó al verse reflejado. Reconoció unas manchas oscuras debajo de sus ojos y su rostro totalmente pálido. Siguió su auto inspección y también noto lo sobresalido que se veían sus clavículas al contacto con la larga camiseta que llevaba puesta, la piel seguía siendo pálida hasta en las puntas de sus dedos, que parecían no tener sangre en ellas por lo blancas que se encontraban. Debo arreglarme antes de que Kris venga... – se dijo a si mismo mientras tomaba su maleta y la llevaba a la pieza ya vista al final del oscuro pasillo – si me ve así…no me imagino lo que me dirá…

Entro a la amplia pieza y también despojo de aquella sabana blanca a su amada cama, su cómplice de muchas cosas. Se dejó caer sobre ella y vio que estaba con el mismo juego de sabanas y edredón desde la última vez que lo había visto. Se incorporó muy confundido, empezando a palpar la tela como si estuviera esperando que saliera algo de ella. Porque no cambio el juego de cama? Este hombre… - volvió a echarse sobre la suave tela y aspiro el olor que despedía. Olía a viejo. Ha guardado. Pero también olía a YiFan. Su amado novio.
Se levantó de mala gana y camino hacia un mueble que se encontraba frente a la gran cama, cubierta también con una gran mancha blanca, la destapo y el brillo de la madera lo saludo. Se apoyó sobre sus rodillas mientras se ponía de cunclillas a sacar un juego de sabanas nuevo, que sabía perfectamente, se guardaban ahí. Pero cuando abrió el ancho cajón, solo se encontró con más sábanas blancas dobladas cuidadosamente al fondo del espacio. Las tomo ya que no quería dormir con ese olor a moho esa noche. Cambio rápidamente las telas, ya que había aprendido de tanto ver a uno de sus amigos, Kyungsoo, cambiar en menos de un minuto las sabanas, en aquellos tiempos cuando aún era un chiquillo y vivía con amigos en un piso alquilado.

Tomo la maleta y la puso con cuidado sobre la mullida cama, sintiendo como cedía bajo el peso del objeto. La abrió y solo pudo ver mucha ropa junto a unos objetos personales de aseo y un frasco oscuro que obtenía por lo poco que podía ver, píldoras. Lo tomo confundido y vio lo que estaba escrito sobre ella.

Paroxetina
Una píldora por día
Medicarse moderadamente, efectos a largo o corto plazo

Al castaño, todo lo que ocurría lo estaba tomando con mucha sorpresa. Desde cuando él tomaba esas pastillas? Desde cuando él estaba medicado? De que estaba mal? Kris lo sabía? Muchas dudas aparecieron por su cabeza pero penso que sería mejor esperar al más alto; sabía que el respondería a cada una de sus dudas. Tomo la primera prenda que toco su mano y lo llevo al closet que se encontraba a un lado de la habitación. Abrió las altas puertas de madera y se encontró con solo unas cuantas prendas del mayor colgadas desprolijamente, como si alguien hubiera sacado rápidamente la ropa ajena y dejado solo aquellas como una señal de que todo estaba igual. Colgó aquella chaqueta a un lado del closet y se acercó a las ropas de su novio. Porque había solo…5 prendas de su novio ahí? Donde estaba lo demás?! Conocía perfectamente el gusto de su pareja por la ropa cara, además de que era un competo fashionista. Donde estaba toda esa ropa que alguna vez vio ahí colgada y que el llego en ocasiones, a comprar? Todo esto no le estaba gustando y empezaba a sentir miedo. Donde estaba YiFan? Porque no venía o estaba con él?

Tomo una prenda que estaba colgada en el espacioso closet; una camisa tan blanca que la podían confundir con una nube; la acerco a su rostro y sintió la textura de la tela rozando su pálida piel. Era tan suave…como la piel del mayor. Lo acerco a su olfato y sintió el olor del más alto impregnado en toda la extensión de la prenda; aquella camisa pulcra era totalmente YiFan. Olía, se sentía, se veía como él.

La observo detenidamente mientras se sentaba en la cama; y recordó al rubio vestido con la camisa que tenía entre sus manos. Lo imagino todo hermoso y sonriente dentro de aquella pieza de ropa tan blanca; y se dio cuenta; empezó a llorar. Sentía las lágrimas rodar por sus mejillas y a sus ojos despedir aquella sustancia salada sin parar. Porque lloraba? Porque no podía parar?
Acerco el dorso de su mano a su rostro intentando borrar aquellas dos líneas verticales que se habían marcado en su rostro. Y sintió miedo. Miedo de que el más alto no llegara. Miedo de que en realidad el mayor se haya mudado a otro lado y no le haya dicho. Miedo de que el más alto lo haya abandonado.
Se sentía mal, y resolvió que aquellas pastillas eran para eso. Se encontraba ansioso y quizá esas pastillas eran receta de un médico para que pudiera estar tranquilo y no tener nada de qué preocuparse. Estiro la mano para alcanzar el frasco de pastillas que aún se encontraban dentro de la maleta. Abrió con desesperación aquel envase color marrón y vertió el contenido sobre una de sus manos. Muchas píldoras color rojo brillante cayeron sobre la pálida extremidad y sin pensarlo metió la mitad de esas pastillas en su boca, Las trago como si de dulces se tratara pero sintió que no era fácil. Las pastillas se amontonaron en la entrada del esófago, logrando que rozara sus amígdalas y provocándole arcadas. Tranquilizo su respiración e intento tragar uno por uno. Todo eso se estaba convirtiendo en una tortura ya que cada vez que una píldora lograba pasar por su esófago, parecía rasgar el interior y sentía que miles de heridas se abrían a lo largo de aquella extensión. Cuando por fin termino de tragar la última, penso que no hubiera sido mala idea tomarlas con un poco de agua. Pero la idea se esfumo al sentir que todo a su alrededor se volvía algo borroso y tomaban un color opaco hasta convertirlo todo en una completa oscuridad.


~~~~~~

Se despertó y pudo darse cuenta de que se había quedado dormido sobre la 
cama, lo sabía porque sentía sus piernas totalmente entumecidas por el frio. Se levantó y camino hacia la puerta, en donde se encontraba el interruptor de la habitación, Encendió el foco y una tenue luz se esparció por la pieza, producto de aquella pequeña lámpara colgada en medio del techo. Ya era de noche y lo noto por los faros que alumbraban fuera del departamento y su luz que se colaba por las rendijas de las persianas. Camino fuera de la pieza mientras buscaba los interruptores de luz en las paredes. Llego a la sala y vio que todo estaba tal como la había dejado esa tarde. Las sabanas esparcidas por todo el suelo, la madera descubierta brillando a la luz de las lámparas y su corazón aun con el miedo de que Kris lo haya dejado. Porque no había venido aun? El mayor siempre venia rápidamente cuando él se lo pedía; pero esta vez, al parecer el mayor había ignorado su llamado. Escucho un leve sonido a lo lejos y se preguntó de dónde venía; sus vecinos eran muy silenciosos y los podía comparar con fantasmas. De pronto recordó que ese sonido era muy conocido para él, era una de las canciones de su grupo favorito. Corrió de vuelta a la habitación al recordar que aquel sonido era el tono de llamada de su celular. Kris…Kris…Kris era lo único que pensaba mientras tomaba el aparato y lo llevaba a su oído; pero todas sus ilusiones se fueron cuando escucho una voz suave y armónica al otro lado y no la voz gruesa de su novio.

- YiXing? – dijo aquella voz que reconoció como la voz de su hyung, el mismo que lo había dejado allí esa mañana, Luhan – estas bien? No respondiste…

- Oh…hola hyung – respondió con un tono de decepción en la voz – me llamaste antes? Lo siento, es que me quede dormido.

- Ah, entiendo…almorzaste? – pregunto preocupado el mayor al escuchar la voz del castaño

- Hmm…no hyung, es que no tenía hambre… - quien se preocupaba por su estómago ahora? Solo quería saber dónde estaba su novio -  Sabes donde esta YiFan? No contesta mis mensajes…

- Xing… - el tono de voz con el que se oyó al mayor, dio a entender que ya lo había repetido miles de veces y ya se estaba cansando de hacerlo – Por favor…no hagas esto más difícil…

- No importa hyung – respondió con una décima más en su voz, cortando al mayor – ya lo espero yo…gracias por tu preocupación.

- Lay… - dijo de pronto serio el mayor – no hagas nada de lo que tenga que preocuparme por favor…

- Que cosa podría hacer hyung… - dijo con una leve risita el menor jugando con las costuras de su camiseta – ya te dejo, Kris debe estar por llegar…me daré un baño…

- Xing… - rogo aquella suave voz por el teléfono, pero él no lo oyó porque colgó con algo de mala educación, aventando el aparato sobre la cama y empezando a despojarse de la ropa que traía puesta. Dejo un camino de prendas camino al baño y solo tenía puesto la ropa interior mientras empezaba a llenar de agua caliente la amplia tina que se encontraba en una esquina de la habitación. Mientras esperaba que el agua llegara hasta su límite, paseo la mirada por todo el espacio y detuvo la mirada en un frasco azul que conocía muy bien. Era el perfume que le había regalado a YiFan el día de su cumpleaños. Camino hacia él, que se encontraba en el alfeizar de la pequeña ventana que había. Amaba ese perfume, pero más le encantaba cuando Kris se lo ponía. Aquel perfume era especial porque era diferente, no olía como otros. Él lo había comprado para Kris porqué cuando lo olio, sentía que él podía estar a su lado, sentía su presencia. Cuando se lo entrego; el rubio lo miro sorprendido. Era la primera vez que alguien le regalaba un perfume hecho a base de especias y no los típicos amaderados o aromáticos. Pero en menos de una semana llego a amar tanto el perfume que desde aquel momento no cambiaba de aroma, y esa se había vuelto la marca personal del más alto. Cada vez que sentía ese aroma de ámbar, azafrán y algo de cardamomo pensaba rápidamente en él y las ganas inmensas de sentir sus brazos a su alrededor. A qué hora llegaras? Pregunto a la nada mientras destapaba el frasco y lo inclinaba lentamente en el dorso de su mano. El olor rápidamente llego a sus fosas nasales y encendió todos sus sentidos. Quería que el más alto llegara y mientras tanto le haría pagar la larga espera que estaba teniendo. Con una sonrisa traviesa, volteo el frasco completamente, logrando que gotas seguidas se escaparan del envase de vidrio y sonaran con un golpe seco cuando chocaban contra la loza blanca. Camino lentamente hacia la tina que daba señales de ya estar demasiado llena, y con ello también logro un camino de gotitas  por donde había caminado. Cerró la llave del agua a la vez que dejaba que las gotitas de perfume de un leve color ámbar se escaparan y cayeran, mezclándose con el agua con el que se asearía. Lo quería a su lado, lo necesitaba ese momento; pero como el mayor no daba señales de llegar, al menos su perfume lo ayudaría un poco. Cuando el mayor llegara, sentiría su olor…en él.
Salió del baño con una toalla envuelta alrededor de su delgada cadera y busco con la mirada que ponerse para dormir. Se dirigió a su maleta que aún no había terminado de desempacar y tomo un bóxer negro que su vista logro encontrar en toda esa mezcla de ropa. Se lo puso y creyó que solo con eso bastaría. Estaba en su casa, hacía calor y si alguien llegaba, sería su novio, y él ya lo había visto con mucho menos…o nada. Tomo la maleta y lo puso sobre la alfombra que había a los pies de la cama, y cuando se disponía a meterse de una a la suave cama, logro ver la camisa blanca que hace unas horas tenía entre sus manos, abandonada en el suelo, a un lado de la cama. La tomo y como vio que era muy liviano, se la puso. No había problema y sería una sorpresa para el más alto, quien amaba verlo puesto con su ropa. Puesto que el mayor era mucho más alto que el, la camisa le llego hasta la mitad de las piernas y se sintió algo absurdo; se sentía una chica. Soltó una risita al tener aquella descabellada idea en la cabeza y se acomodó a un lado de la cama, esperando que el ocupante del otro lado, llegara en silencio a media noche y lo abrazara suavemente por detrás.


~~~~~~

- Luhan hyung…quiero irme a casa, con YiFan…estará solo y yo estoy acá sin hacer nada – decía con el ceño levemente fruncido viendo a su hyung que lo miraba con tristeza
- YiXing…ya te lo dije… - el mayor empezó a pensar en cómo decir las siguientes palabras – YiFan…ya no está en la casa…
- Como que ya no está? – A donde se podría ir el mayor sin que le haya avisado – Acaso salió de viaje? Por el trabajo…
- Solo dile Luhan… - susurro una grave voz al oír lo que menor decía – No podrás esconderle la verdad toda su vida…
- Pero Hun…el doctor dijo que… - el mayor vio a su novio con una mirada que transmitía comprensión pero también decisión – No sé cómo decirlo…él se va a negar a la verdad…lo ha estado negando a pesar de que el mismo lo presencio...
- Pero no toda su vida lo seguirá haciendo… - susurro el menor mientras le tomaba la mano del pequeño pelirrojo, intentando darle fuerzas – tendrá que aceptarlo, aunque sea la más dura de las realidades…

∞~∞~∞~∞~∞~∞~
Se encontraba en el auto junto a su novio, quien manejaba con una gran sonrisa camino a la empresa donde ambos trabajaban. Le estaba hablando de los próximos diseños para la publicidad del nuevo producto que iban a sacar al mercado. El mayor lo escuchaba atento mientras soltaba unas suaves carcajadas cuando el menor en momentos, se quejaba de lo difícil que era diseñar un millón de cosas y que solo escogieran la última opción. El rubio le prometió que cambiaría eso y la mesa del concejo que escogía eso, tomaría más atención en lo que respectaba a los diseños de los productos. Después de todo, era la cara del producto el que decidía si el producto se vendía muy bien, claro, eso y el contenido de este.
Después de recibir un par de besos como consuelo por sus quejas, llegaron al gran edificio donde se encontraba la empresa. La empresa de su novio. Pero ni bien tenía un pie fuera del carro, todo se volvió un caos en pocos segundos. Oyó el chirriar de unas llantas contra el asfalto, el sonido de los frenos actuando a una velocidad increíble para evitar que auto y conductor terminasen estrellados contra uno de los ventanales del enorme edificio, unos gritos sonando en un idioma extraño que reconoció milisegundos después como su lengua madre y con un miedo terrible; el sonido de unas balas saliendo de las armas. Giro la cabeza para poder ver mejor a aquellas personas que estaban ocasionando caos en aquella zona llena de edificios de grandes empresas, pero no logro ver nada ya que en esos segundos que demoro en girar la cabeza un cuerpo se acercó rápidamente a él y lo cubrió completo, obstruyendo su vista y atrapando sus manos entre el cuerpo ajeno y el suyo. No podía ver nada así que solo se atinó a escuchar como las balas corrían Aspiro aire ya que estaba empezando a hiperventilar por el miedo y sintió el olor de su novio. Era YiFan el que lo estaba protegiendo con el cuerpo entero. Sintió tranquilidad al sentir a su novio tan cerca y sobre todo protegiéndolo, pero aquello solo duro otros milisegundos porque el miedo volvió a poseerlo cuando escucho otra bala escapar y sentir a su novio temblar sobre él. Abrió los ojos, ya que los había mantenido cerrados fuertemente al escuchar la primera bala correr; y pudo ver los ojos de su novio abrirse completamente. Tuvo miedo…que le pasaba? Que le estaba pasando?! El contacto de su mano con un líquido caliente y mojado en el pecho de su novio respondió su pregunta. Bajo la vista hacia sus manos y vio con desesperación que estaban manchados de aquel liquido rojo brillante que empezó a temer en ese momento. Fijo la vista sobre la tela en la que estaban puestas sus manos y vio que una gran mancha roja empezaba a crecer en la pulcra camisa blanca y empezando a manchar el saco negro que en ese momento llevaba el más alto. Soltó un grito de terror al sentir que el mayor se desplomaba entre sus brazos y lo miraba con algo de temor. Por primera vez en su vida; veía terror en los ojos de su amado novio. Y pensar que aquello había pasado tan solo en unos segundos de su alegre y nada inestable vida.

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Se encontraba en aquella sala que nunca había visto y estaba de un señor de edad que nunca había visto en su vida y con su hyung Luhan, junto al novio de este, Sehun.
- Tomara esto, solo una por día porque muchas le harían daño a su organismo – decía aquel señor que tenía pinta de doctor, por la bata que llevaba – Lo ayudara a calmarse en los momentos que entre en desesperación...
- Y doctor como… - Luhan no sabía cómo decir aquellas palabras en su presencia, y lo sabía, porque su mirada se quedó fija en él – como se lo decimos…el aún está negándose…todos estos meses sigue negándose…
- El empezara a darse cuenta solo - respondió el doctor viéndolo con preocupación – no se lo digan de forma brusca…afectara su estado emocional, se pondrá mucho peor de lo que esta…
El no entendía nada de lo que estaban hablando sus amigos con aquel doctor. El solo quería regresar a su hogar y ver a su novio.

~~~~~~

- Xing… - susurro el mayor que aun tomaba la mano de su novio – Kris…Kris...salió en un viaje de casi dos meses fuera del país…por eso estas aquí con nosotros…
El menor de todos los presentes miro incrédulo a su novio y él solo pudo mostrar una leve sonrisa. Kris había salido en tantos de sus viajes y regresaría pronto…lo iba a extrañar mucho.
- Luhan…que estás haciendo?! – reclamo el menor viendo que el pelirrojo soltaba su mano y caminaba al interior de su habitación – no puedes hacerle eso…es tu amigo…
- Por eso mismo – susurro el mayor girándose a responderle – porque es mi amigo, por eso hago esto…no puedo verlo sufrir…yo lo haría junto a él…

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Despertó sobresaltado por los sueños que acababa de tener. Tenía mucho miedo. Miedo de que en verdad haya perdido a Kris, miedo de que Luhan le haya mentido, miedo de que aquella enfermedad psicológica acabara con él. Se encontraba bajo aquellas delgadas pero suaves sábanas blancas, abrazando la almohada del lado que en ese momento debería estar ocupado por la persona que amaba. Kris no había llegado esa noche. Desesperado, tomo el celular que se encontraba en la mesita de noche y marco como un loco el número de su novio. Esta vez espero que la llamada sonara completamente. Escucho los pitidos del tono de espera. Escucho el silencio al otro lado de la línea. Escucho la voz monótona de la operadora diciéndole que aquel número se encontraba fuera de línea. Que aquel número que sabía de memoria, ya no existía. Empezó a llorar preso del miedo y marco otro número que eta vez busco en su agenda. El pitido sonó dos veces para luego dar paso a la suave voz de su hyung que respondía algo cansado

- YiXing…? Qué ocurre? – pregunto algo somnoliento el mayor

- Luhan…Donde esta Kris? – pregunto rápidamente olvidándose de los modales – porque no llega de su viaje hasta ahora..?

- Lay… - susurro con tristeza – ya te lo dije…por favor…me duele tanto como a ti…

- Porque me mentiste hyung? – Empezó a sollozar el menor – Sé que no está de viaje porque acabo de tener una pesadilla tan horrible pero era tan vivida…Kris…Kris esta…

- muerto… - susurro el mayor, llorando junto a él por el teléfono – no quiero repetirlo por favor…no me hagas repetirlo…

- Porque me lo ocultaste hyung… - dijo entre espasmos el menor, golpeando levemente las sabanas – porque me dijiste que estaba de viaje y no…

- Lo siento… - se disculpó el otro – prometo no volver a mentirte…pero es que te veías tan afectado…no…no podía…

- Prometido entonces? – susurro mientras se limpiaba las lágrimas – no volverás a mentirme…

- Prometido dongsaeng – respondió el otro para luego despedirse y colgar.

Pero el menor no sabía que aquella promesa era también otra mentira. Porque esta era la tercera vez que Luhan le prometía no decirle más mentiras y era también la décima u onceava vez que le decía la verdadera realidad; que Kris estaba muerto.

Pero él no podía recordarlo. Porque el dolor lo apañaba; porque él no quería creerlo; porque él estaba en la necesidad de tener su mundo al lado de Kris. Y porque cada vez que tomaba esas pastillas, despertaba con la esperanza de que Kris entrara por la puerta del lugar donde se encontrara para abrazarlo y no soltarlo nunca más. Vio el frasco al lado del lugar donde se encontraba hace unos momentos su celular y lo tomo. Abrió lentamente el frasco y con un dejo de esperanza volvió a verter al menos 6 o 7 pastillas sobre su mano y tragárselas de un solo bocado. Volvió a sentir la tortura que había sentido el día anterior pero aquello valía la pena si se volvía a dormir y despertaba en un día nuevo; con la esperanza de Kris aun viva.

Despertó abrazando la almohada y se dio cuenta que los rayos de sol caían directamente a su rostro. Se cubrió la vista por el enorme brillo y se incorporó sobre la cama. Tomo el celular que estaba a su lado y vio que era casi mediodía. Pensó que sería buena idea cocinar algo antes de que su novio llegara hambriento al departamento así que se levantó con dirección a la cocina que había visto de paso cuando caminaba a la habitación. Antes de eso se arrastró hasta su maleta y saco un pantalón muy ligero de algodón y una camiseta holgada. Era tiempo de engreír a su novio con su comida preferida.

Mientras ponía la mesa, se escuchaba en el reproductor de la sala; la lista de reproducción de sus cantantes favoritos así como los de Kris: Jay Chou, David Tao, Khalil Fong, JJ Lin, entre otros. Se sentó en la mesa esperando que el mayor llegara para poder almorzar y hablar de cómo le estaba yendo ese día en el trabajo. Seguro que el mayor frunciría el ceño, diciendo que había unos cuantos problemas en algún departamento de servicio pero que ya lo tenía arreglado. Luego le preguntaría en qué departamento trabajaba él y la razón por la que no iba. El creía que era porque no estaba bien y necesitaba mejorarse para regresar a sus labores de trabajo. Regresaría con sus compañeros que eran unos genios en lo que se refería a diseño además de ser grandes amigos. Recordaba a su hyung JunMyeon que era director de aquella planta de la empresa, a Chanyeol que era el encargado de lo que se refería a computadores y maquinas que hacía realidad todo lo que él y su equipo imaginaban; cuando se recuperara, todo volvería a ser igual como antes.

Pero esa tarde; el rubio no apareció de nuevo. La decepción era muy clara en el rostro del castaño. Eran las tres de la tarde y el mayor no cruzaba la puerta principal. Las palabras de Luhan se escuchaban lejanas en su mente, pero el caso era que se escuchaban. Tal vez había la posibilidad de que el mayor realmente estuviera muerto podría ser real. Se golpeó mentalmente al pensar aquello; su novio estaba muy bien y pronto regresaría con él, a ese departamento que llamaba hogar.

De pronto algo empezó a arder en la garganta del menor para dar pasos a grandes arcadas provocadas por la tos que en ese momento experimentaba. Sentía que algo quería salir de él y tosió con más fuerza ya que aquello lo molestaba mucho y también lo quería fuera. Puso la mano en su boca inconscientemente y empezó a escupir un líquido rojo mezclado con la saliva. Cuando vio su mano, una ola de terror se apodero de él. Era igual a lo que había soñado: solo que esta vez era su propia sangre y no la de su novio. Entro en pánico. Si eso era lo que recordaba…entonces…Kris de verdad estaba muerto? Kris no volvería con él? Sintió las lágrimas caer por sus mejillas descontroladamente y la desesperación se apodero de él. Se incorporó ya que había caído al suelo producto de la fuerte tos que había tenido y tomo los platos que se encontraban en la mesa para estrellarlos contra la madera del piso. Nada se salvó; los platos, los cubiertos, las copas; todo fue estrellado contra los cimientos por la furia. La furia y la desesperación de recordar al mayor desplomarse en sus brazos y poco a poco sentir que su corazón dejaba de latir. Se odiaba a sí mismo. Odiaba ser débil y no poder haber salvado a su novio, el no poder haberlo defendido como lo hizo él. Y también se amaba. Se amaba porque aunque fuera la realidad, él tenía otra; otra donde esperaba a YiFan todos los mediodías para almorzar y todas las noches para que lo abrazara fuertemente por la cintura, donde no lo dejaba ir. Se amaba porque él era el YiXing que tenía la esperanza de que su YiFan iba a regresar y volver las cosas a cómo eran antes. Y sonrió, porque esa realidad se estaba quebrando dando paso de a pocos a la terrible realidad, y empezó a reír porque no iba a permitir que eso ocurriera; él tenía sus pastillas, nada de eso podría ocurrir.
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Se encontraba sentado en aquel mullido mueble mientras observaba al reloj avanzar lentamente. Un reloj muy bonito pensó mientras caía en la cuenta de que había sido seguro el mayor el que lo hubiera escogido; el reloj era demasiado chic para su gusto. Podría retroceder el tiempo e impedir todo aquello que había acontecido en su alegre y nada inestable vida? Al menos podría intentarlo…

Tomo el reloj e intento retroceder las manecillas del reloj, pero al parecer el reloj no estaba programado para eso porque las manecillas volvieron a su sitio sin dejarle oportunidad al castaño de intentar hasta lo último. Ya era consciente de la realidad aunque eso no quitaba  que el la creyera. Quizá haya perdido a YiFan, quizá ya no vería mas al mayor cruzar la puerta pero también había otros “quizás”. El quizá de que tal vez el menor despertara con los brazos del rubio entrelazado en su cintura una mañana soleada, el quizá de que el mayor llegara al mediodía para almorzar junto a él y contarle como le había ido hasta ahora en la empresa. Y le contaría que tenía unos pequeños problemas pero ya los había solucionado y muchas otras cosas más. Habría que intentar de todo, después de todo la esperanza era lo último que se perdía. Volvió a girar las manecillas del reloj pero este al parecer no quería cambiar de opinión; si es que la tuviera.

Bueno, al menos lo intento. Y como la esperanza no se perdía; ella sola se presentó; en forma de un frasco de píldoras. YiXing lo tomo entusiasta. Mañana despertaría y quizá encontraría a Kris a su lado abrazándolo por detrás, quizás…solo quizás…

Tomo la cantidad habitual de 6 o 7 pastillas y las metió a su cavidad bucal. Sentía las pastillas magullar la carne interna de su esófago, pero era algo a lo que tenía que acostumbrarse, después de todo eso era la esperanza que nunca se perdía. Para alegría suya, vio que las manecillas del reloj empezaron a retroceder tal como lo deseo momentos antes. Tomo el reloj y lo abrazo a su pecho. Aquella era su esperanza: la esperanza de que el tiempo retrocedería y él podría impedir aquello que acabo con su alegre y nada inestable vida. Él pudo ver solo eso pero no pudo notar las notas que seguían saliendo del reproductor que se encontraba solo a unos metros de distancia de él ni los sonidos de unas pisadas subiendo por las escaleras del edificio. Él ya se encontraba en la agradable oscuridad que le proporcionaban las píldoras sin notar que una nueva canción estaba sonando en el reproductor. Uno que hablaba del dolor, de la enfermedad de no poder olvidar a alguien. Pero también hablaba de la esperanza, de la leve esperanza de que aquella persona regresaría y todo volvería a ser como antes. No la recordaba, no recordaba haber alguna vez descargado esa canción y tampoco la oía así como tampoco oía la puerta de su departamento abrirse, él ya tenía su propio dolor, su propia enfermedad, no había necesidad de descargarse una canción. Su propio dolor asesino se encontraba con él, por él, y en él.


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He aqui el video :)

1 comentario:

  1. Te perdono porque eres tú, Henry.

    ¡Henry! ¡¿Cómo has podido escribir esto?! Ha sido tan cruel de tu parte... ¡Y me ha encantado, eso sí! Es mi pareja favorita, un regalo tuyo... Me ha dejado ese vacío que me dejan siempre los angst. Por eso no los leo, porque luego me quedo como me quedé ayer, pensamientos negros everywhere y ahí escuchando canciones deprimentes... Te quiero, Henry<3 Y leeré lo que escribas, así sea angst C:

    Máyica.

    PD: Pero no me hagas sufrir tanto, por favor;__ ;

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